Sorprendente, no me esperaba ese trato. Teníamos reserva a las 15:30 para comer en el restaurante Retama y por la tarde en el Spa. Pues bien, después de hacernos más de 200km para llegar hasta allí, ya que está ubicado en un pueblo de la mancha profunda, nos dicen que han cerrado cocina y no nos admiten. Nos llamaron por teléfono justo cuando estábamos aparcando en su propio parking a las 15:44, tengo el registro de la llamada entrante, para preguntar que si íbamos a ir y le dijimos que si que estábamos fuera. Al pasar justamente al instante nos dicen que no nos admiten que han cerrado cocina. Vale que llegamos 15m tarde pero no me pare normal que no nos dieran otra opción. El acceso hasta llegar al hotel son carretera secundarias y en bastante mal estado, entiendo que es importante ser puntual pero creo que es entendible dar un margen. Encima la responsable de restauración lejos de disculp**** e intentar dar una solución adopta una posición que para nada está a la altura de la situación. Una pena la verdad, una experiencia muy desagradable.
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