Debo decir primero que es mí tercera vez en este Hotel, la primera fue allá por el 2015 cuando todavía no era all inclusive. Debo decir que ha mejorado mucho, sobre todo en la calidad de la comida. Es muy variada, si bien es cierto que a veces hay comidas algo típicas, entiendo que siempre encontrás algo de tu gusto, además tiene una estación por fuera del buffet de pizzas y otra dónde se sirven hamburguesas y petisos (papas fritas etc) que para los más chicos es una pegada. También ha mejorado su exterior que ya erra bello, pero ahora le ha agregado alguna pileta más. Los bares son muy buenos y los tragos que se preparan son de calidad, teniendo en cuenta que en este tipo de hotel uno espera que le metan alcohol y jugo a cualquier cosa. Aquí los tragos se preparan como corresponde. Además hay varias máquinas de cerveza de distintas marcas dispersas por todo el hotel. El desayuno también me pareció bastante completo. La playa es muy linda y ni que hablar con marea baja, realmente amplia. Es un hotel para disfrutar los días lindos en la playa o en la pileta, ya que no tiene demasiados lugares para permanecer cómodos dentro, una recepción chica y algunos pocos lugares donde qued**** si el tiempo está feo. El complejo es bonito y el punto flojo siguen siendo las habitaciones comunes, muy básicas donde cuentas con lo mínimo indispensable, aunque cumplen su objetivo, podrían darles un toque, no puede ser que no tenga agua caliente en el lavatorio. Eso sí, si bien no tienes por ej secador de cabellos o cosas así, si necesitas te lo prestan sin inconvenientes. El personal siempre de buen humor y servicial. Para terminar diría que la relación precio calidad es excelente! Ojalá volvamos en algún momento
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