Me alojé porque en el hotel donde tenía pensado hacerlo, no pude. Está un poco apartado en un barrio residencial, pero eso es también una ventaja, al estar lejos del bullicio. Tiene pinta de bastante nuevo. Eso sí, hace falta coche o taxi.
Cerca de los centros de Kifisiá y Marusi, donde hay restaurantes para cenar.
Buen desayuno y personal muy amable, como en de costumbre en Grecia. Fue un acierto qued**** en este hotel.
Lo malo: las escaleras. No es el hotel ideal para personas con movilidad reducida
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