Bonito lugar arruinado por una mala gestión. El dueño, Carlo, no habla inglés, y le cuesta mucho tratar con clientes que no sean italianos o franceses. Lleva el sitio con un estilo "personal", y en mi opinión muy poco profesional. Al irnos pedi una factura y me dijo que no hace facturas y sólo me daba un recibo escrito a mano como te daban en España en los 70, sin detalle ninguno. Me dijo que era eso y punto y que no era negociable. El baño era antiguo, le faltaba una mano de pintura y mantenimiento ( la ducha no tragaba ). De hecho, una noche vimos una cucaracha en el baño. El sitio está muy lejos, no hay bus cerca, y dependes de un "tuc tuc" que tiene el hotel y que sólo funciona hasta las 9 de la noche. Además, donde te deja y coges el tuc tuc, está aún a 20 minutos de la zona más interesante para comer o cenar. Las vistas son espectaculares, pero todo lo demás no acompaña. No es un sitio de tres estrellas, y desde luego no es la mejor opción en Ischia.
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