La habitación bien, el desayuno muy bien, la ubicación bien. Todo correcto y según lo esperado. Lo único que me desagradó fue que comimos en el restaurante del hotel (que de calidad bien) y el camarero nos obligó a pagar propina. Así, tal cual. Nos la contó diciendo que a parte del ticket teníamos que poner un extra porque es lo normal allí, aunque el gobierno ahora no les dejaba meterlo en el ticket. Verdad? Mentira? Ni idea. Pero en ningún otro local de toda Vilna se nos exigió propina alguna. Y, hombre, ya que estás en un hotel de 4 estrellas, no me vengas gorronear 3 euros de mier**, que si quiero, ya te los dejo yo.
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