El Hotel es lindo, mágico, amplio y con Micaela y Amaru de encanto, el personal super atento y amable, gracias Ericka, Jesús y Erwim por sus atenciones y paciencia, mi hijita menor estuvo re feliz y nosotros los adultos ya extrañamos ese mágico lugar, la comida rica y los desayunos frescos y contundentes, nosotros nos quedamos en una habitación con chimenea y todas las noches nos encendían la leña.. Eso fue lo más lindos y cálido.. Gracias a todo el equipo, no cambien solo mejoren!!!
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