El hotel es pequeño pero tiene lo suficiente para ofrecer un buen descanso después de un largo día de tour. Las habitaciones están limpias, aunque un poco pequeñas. Durante nuestra estancia se descompuso el elevador. Duro descompuesto varios días eso nos incomodó. El hospedaje incluye el desayuno, lo cual es una muy buena opción para los turistas, pues te facilita mucho las cosas y te permite ahorrar tiempo si ya tienes programados tours por la ciudad. El staff es atento, a excepción de una chica de color que atiende en la recepción. Es poco amable. Por el contrario, Antoine y una chica que atiende en el comedor, de cabello oscuro que se peina con una coleta y cuyo nombre nunca pregunte, Siempre fueron muy amables. El hotel está muy cerca del metro, lo cual te ayuda a movilizarte por la ciudad sin mayor problema. Lo único que francamente no nos gusto, es la calle sobre la que se encuentra el acceso al hotel. La verdad es que está muy fea y sucia.
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