Sin duda, lo mejor de la experiencia es la atención y cordialidad del personal. El hotel es muy fancy, visualmente muy atractivo y genera la sensación de comfort y hasta lujo. Sin embargo hay muchas cosas que no me dejaron conforme: Variedad de comida en el buffet; calidad del desayuno, pan añejo, tostador malo que no logra tostar, ni mucho menos calentar el pan (queda frío dentro). El agua me salió fría pese a dejarla correr por varios minutos en la ducha. No entregan bata, ni sandalias pese a que está contemplado el servicio de piscina (mucha gente llega con su calzado empolvado por la travesía de carretera austral, sería un buen detalle un calzado de toalla. El colchón puede ser de calidad, pero está ya en malas condiciones, excesivamente blando, y cede o pierde su forma con el peso corporal. En resumen, pagué 150.000 por una noche para dos, me duché con agua fría y además desperté con dolor lumbar por el colchón, con el broche de oro de un desayuno que deja bastante que desear. Yo no repetiría mi estadía en Dreams Coyhaique
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