El mejor hotel de la Costa Dorada. Habitación amplia, posibilidad de aparcamiento aunque de pago, piscina limpia y con suficiente sombra. Personal de recepción muy atento y amable, con experiencia. Lo mejor, la cena y desayuno, con un buffet que cambia de temática cada noche y música en vivo. Más orientado a españoles que a turismo foráneo, sin excesiva cantidad para elegir, pero todo de calidad. En los tres días que estuvimos, no vimos ninguna paella, arroz o fideua, que estando en la costa, apetece. Algún pero: tanto el baño como el aire un día olían bastante mal al llegar de un paseo, un día se fue la luz un buen rato y hacía calor en la habitación, el cuadro de mandos del aire chispeaba un poco por dentro...solo necesitaba una limpieza, colchones algo usados y sucios bajo sábanas limpias, eso sí. El año que viene vuelvo sin duda.
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