Nos alojamos una noche en este hotel ubicado en el corazón de Plaka cerca de todos los lugares turísticos. Nos prepararon el desayuno para llevar por la mañana pues madrugábamos mucho, bonito detalle. El alojamiento es una casona del Siglo XIX reconvertida en hotel que con un debido mantenimiento podría ser maravilloso... Pero no lo es. Tras cerrar un traslado en taxi desde el puerto con ellos (de palabra), nos lo cancelaron porque según ellos, nuestro ferry iba con retraso, cosa que no era así, nos tuvimos que buscar la vida con otro taxi. La comunicación con la persona responsable de nuestro check in no fue buena pero lo peor estaba por llegar: una habitación con un aseo de película de terror, un plato de ducha para liliputienses y una cortina maloliente que se te pegaba al cuerpo, la cama no tenía sábana bajera y la habitación estaba llena de polvo, así como el mando a distancia del televisor que no funcionaba. Nos dio la sensación de que esa habitación llevaba sin us**** mucho tiempo. Son 4 plantas sin ascensor, aspecto que desde mi punto de vista, infringe las normas básicas de accesibilidad universal.
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