SIN PALABRAS... La experiencia fue increíble, desde que llegas, en la propia recepción, todo se traduce en un trata exquisito. Una chica de recepción, no recuerdo su nombre, pero era argentina, nos recibió con mucho mimo y nos indicó todas las posibilidades del hotel. El entorno es una maravilla, en medio de una reserva natural. Lo malo es que nos tocó un fin de semana nublado, pero ese espacio con sol y cielo azul debe multiplicar por cien la experiencia, aunque la nuestra a pesar de todo fue un lujo! El desayuno, francamente fascinante, todo cuidado, servicio de lo más exquisito. Conocimos a un camarero argentino muy, muy amable, aunque todo el equipo lo fue. También la atención del restaurante. Tomamos una botella de vino la noche de nuestra llegada y el salón con la chimenea fue una delicia. Las habitaciones fascinantes, estuvimos en una doble superior con vistas al mar y estaba fabulosa. Cama grande y cómoda. TODO GENIAL Pero especial mención quiero hacer al SPA. La chica que nos atendió, no recuerdo su nombre, era de origen oriental, fue muy amable. Desde el minuto uno te hacen sentir en un espacio de paz y de relajación. Mi amiga y yo nos dimos un masaje de reflexología podal y otro de cabeza. Francamente SENSACIONAL. Nos atendieron Pedro y Gina (creo que se llamaba la chica) y fueron muy profesionales. Me he dado muchos masajes de este tipo en mi vida y creo que estos han sido los mejores. Se ve que sabían lo que estaban haciendo y dónde debían tocar. Muy profesional y salimos de allí queriendo volver. GRACIAS A TODO EL EQUIPO de este hotel (recepción, camareros del desayuno, del bar, profesionales del Spa). Sois unos grandes profesionales y sabéis hacer la estancia maravillosa a la gente que opta por vuestro hotel. Sin duda volveremos!!!
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