Preciosa habitación con dos camas amplias juntas, colchones muy buenos y almohadas, que nunca encuentro a mi gusto, estupendas, el baño grande y moderno pero con bastante mármol que lo hace elegante, el armario también es grande y se enciende la luz interior al abrir la puerta, una pequeña nevera con unos botellines de agua de bienvenida, toda la habitación está semirrevestida de madera y lo mejor, el balcón hacia la plaza Sta. María del Camino. Todo el conjunto del hotel, que es enorme, es precioso, buenos jardines, cálido comedor con una librería de pared a pared lleno de libros y figuras. El desayuno es bueno, zumo de naranja natural, panecillos de distintas especies y un surtido de embutidos, bollería, bizcocho, rosquillas, mantequilla, mermeladas, etc., con café de cafetera (no de maquinita) y leche normal (no agua con polvos). La ubicación no puede ser mejor, en el mismo casco antiguo, cerca de la catedral y barrio Húmedo lleno de restaurantes, bares, pubs, etc. Nosotros hemos salido encantados, las chicas de recepción también muy amables, en general yo le daría una estrella. Y es normal que los premien porque lo vale. Magnífico
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