Parador perfectamente integrado en un atractivo municipio con un casco medieval muy bien conservado. En recepción, se encontraban dos personas, una muy agradable y buena profesional, de la otra, no puede afirm**** lo mismo. Para desagradable, la camarera de la cafetería. Salones atractivos y confortables, aunque para recorrer el parador se precisaba un muy buen abrigo, puesto que los radiadores de los pasillos se encontraban apagados. De igual modo, la habitación tenía una temperatura intermitente, a veces cálida, a veces heladora. Las camas tampoco contaban con alguna manta suplementaria, para combatir los momentos de frío. No estaría mal que el escritorio de la habitación contara con una silla y una lámpara junto al mismo, puesto que la luz general, igual que la de todo el parador era paupérrima. La limpieza del parador había decaído con respecto a lo que conocíamos y era manifiestamente mejorable. La cena de Nochebuena fue deliciosa. El chef diseño un muy estupendo menú, con sabores potentes y bien integrados con los ingredientes utilizados en cada uno de los platos presentados. En cambio, la temperatura del comedor no era especialmente elevada, al contrario, más bien baja. Es más, antes de terminar de cenar, hubo una bajada drástica de la temperatura (quizás apagaron la calefacción). Precisamente, por un efecto físico, después de comer es cuando más se precisa una temperatura agradable. Así que un gran número de comensales optamos por añadirnos más ropa de abrigo. Al salir, no aconsejaron que podíamos ir al salón de la chimenea, la cual se encontraba encendida, según afirmaron. No fue así. Con esfuerzo y cierta habilidad conseguimos encenderla, instante en el que se acercó una persona para decirnos que los clientes no podíamos tocar, pero como el perro del hortelano, ni nos permitió avivar el fuego, ni añadió un par de leños para mantenerlo. Al parecer, el frío invernal es la característica de este parador. El bufet del desayuno, no estuvo mal, pero un tanto discreto con respecto a lo que ofrecían en años anteriores, o como actualmente proporcionan en otros paradores.
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