LAS SALINAS 大飯店

Es un hotel municipal de gestión privada en el que se nota que hay un concepto de hotelería en la atención de la recepción y del restaurante. Hace la excepción el hecho de que cobran el agua para el termo ($1000, aproximadamente US$0,90 ) que aparentemente la cobran por su cuenta los empleados de la cocina. Puede ser discutible si deben cobrarla o no, pero se nota que es un “extra” para los empleados. La comida es buena, la atención es esmerada. Hay cochera semicubierta. La cortina de la ducha no llega hasta el piso por lo que se moja todo. El edificio muestra algunas curiosidades en su diseño como techos muy altos y algunos defectos constructivos, pero en términos generales es agradable y funciona bien. Se puede contratar la guía a las salinas directamente en el hotel, en nuestro caso Laura, quien fue muy correcta. Fuimos para poder ver la puesta del sol en las salinas y a pesar de que hubo que esperar un rato siempre fue amable. Vale la pena la experiencia.

Un hotel que marca una diferencia por el lugar en el que está. Un pueblo de apenas 1000 habitantes, con un hotel categoria 3 estrellas, llama la atención. Decoraci{on, limpieza y espacios cuidados con detalle. Es para pasar una noche y hacer la visita a las salinas que puede ser al atardecer o amanecer. Tema comidas: el hotel tiene desayuno buffet con panificacion del lugar (no esperen medias lunas, ni grandes cosas.) tortas fritas, panes, budin, fiambre y ensalada de frutas. La cena es de tres pasos no a la carta sino que podes elegir entre dos platos de pastas o carnes. Empanadas de mondongo , lengua a la vinagreta, y berenjena en escabeche fueron las entradas (las empanadas de mondongo se repitieron las dos noches que estuvimos, asi que no hay mucha opcion) Las pastas son buenas, pero los platos de carne no presentaban un gran esmero en sabor. De hecho me anime a la empanada de mondongo y la verdad es que no fue de mi agrado, y el pollo a la pizza le faltaba un poco de amor... Por lo demas, es un buen hotel, con buena atencion para hacer de paso y conocer la zona.

Vimos fotos antes de ir, teníamos este destino como cuenta pendiente, porque conocemos salares de otros lados y nosotros, cordobeses, no visitamos el más cercano, el más nuestro. Las fotos, hasta las más profesionales, no captan la inmensidad del paisaje, en el marco del silencio sólo acompañado por el graznido de los flamencos y algún vehículo que cruza la ruta, cercana a la vista, pero espacialmente lejana (espejismos de las salinas). Párrafo aparte para el hotel: las instalaciones de primer nivel, única en el norte cordobés, los servicios excelentes, todo muy limpio, prolijo, comida abundante, rica, regional en su realización e insumos. El aspecto que le da un valor agregado: trabajadores de la zona todos comprometidos con el proyecto, todos amables, atentos, que miran a la cara sin celulares de por medio (aunque parezca raro es destacable hoy). ¡Las palabras, al igual que las fotografías quedan chicas, es una experiencia que sólo se dimensiona viviéndola!

El hotel , lindisimo . Su arquitectura , sus instalaciones, su decoración. El personal muy amable. Los desayunos completos y las cenas muy ricas. Propones dos excursiones a las salinas, una a la atardecer y otra al amanecer ambas son increíbles . Realmente fue una estadía lindisima, súpero totalmente mis expectativas

Excelente hotel, mucha tanquilidad, la habitación y baño amplios y sus empleados muy atentos. La comida muy buena y desayuno más que aceptable y fuimos con la excursión de las salinas incluida. Hermosa experiencia.. lo recomiendo

Lindisimo y muy cómodo! La comida rica el personal muy amable las instalaciones excelentes la limpieza óptima lo recomiendo! Y el pueblito es lo mas prolijo que existe los felicito ! Muy buena experiencia