El entorno donde está el Hotel es una maravilla. Todo nevado pero acondicionado a la perfección para que no pases frio. Nos alojamos en una "Aurora Cabin", que tiene parte del techo acristalado y te permite ver el cielo nocturno y las auroras boreales... calentito... El restaurant del hotel es una maravilla. Teníamos pensión completa. Es buffet las tres comidas, pero en ningún momento se repitió ninguna de las comidas principales y estaba todo exquisito. Tienen unos chefs de diferentes nacionalidades. La calidad de toda la comida, excelente. En le mismo edificio del restaurant, el edificio principal está la recepción, el bar y una zona con sofás y chimenea para tomar algo tranquilamente, leer, ver el paisaje... Hicimos actividades todos los dias (huskies, motos de nieve, salidas nocturnas para ver auroras boreales, visita a una granja de renos...) Todas una maravilla. Pero si hay algo que quiero destacar es al personal. Absolutamente TODO el personal es de un trato exquisito. Desde la atención en la recepción, pasando por el personal del bar y el restaurant, los guias de las actividades, el personal de limpieza, y a muchos que me dejaré que estarán "en la sombra" pero que seguro que son importantes para el funcionamiento de todo. Como he dicho, todo el personal del restaurant/bar se portaron de lujo, pero quiero destacar a Luján, que nos hizo pasar unos momentos muy agradables. También he comentado a los guías, todos geniales, pero quiero destacar a Pablo que lo tuvimos en 2 actividades e hizo que la experiencia fuera de lo mejor. 100% recomendable, no iría a otro sitio si tengo la suerte de volver a Laponia
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