El concepto del hotel es original y divertido. Más que una simple estancia, es toda una experiencia. Pensaba que el hecho de no tener ventanas podría ser raro, pero la verdad es que no eché nada en falta. La ubicación es perfecta.
La habitación tiene un tamaño adecuado, la cama es súper cómoda y el baño, en proporción, es bastante grande. Todo estaba limpio, aunque al tener suelo y paredes oscuras el polvo se nota más fácilmente, pero en general todo bien.
El personal fue amable y el desayuno superó mis expectativas. Una excelente opción para alojarse en Coimbra.
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