Si pudiera, le dejaría a este hotel 20 / 5!! Fue una experiencia increíble desde el momento en el que llegamos. Fue un viaje en familia, con una niña de 2 años, y aunque inicialmente pensé que no era un hotel para un niño, estaba equivocado, pues La Niña estuvo feliz y sintiéndose tranquila y como en casa desde el primer momento. El hotel es una casa de hace aproximadamente 125 años, perfectamente cuidada y con habitaciones muy limpias, decoradas con buen gusto, muy cómodas, es el mix Perfecto entre la antigüedad de la casa y la comodidad que ofrece un hotel boutique. En el hotel pueden encontrar vacas, caballos, un jardín que visitan pájaros de todos los colores, lo que hace que sea una experiencia inolvidable. La comida simplemente deliciosa, todo estuvo muy muy rico. En especial el lomo al trapo que hace Héctor, y la bandeja paisa. Las personas del hotel, nos hicieron sentir como en casa, ellos hicieron la experiencia aún mejor de lo que la hace solo el hotel. Salí enamorado del hotel, no tengo nada malo por decir, solo gracias por la experiencia.
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