濱海羅克塔斯飯店

Es la segunda vez que vamos. El servicio bien, pero en la hab la bañera es demasiado alta dificultando el acceso y la salida. La comida normal, tal vez demasiada salsa y pocas verduras para elegir. Las vistas y la habitación muy bien.

La comida muy repetitiva, se salva porque estaba buena, ninguna temática en ninguno de los sietes días. Para niños poca variedad en comida. Las bebidas en TI, todos los cócteles eran zumo con zumo, ni mojitos ni otro cócteles y encima marcas blancas. Las habitaciones antiguas, la cisterna no paraba de echar agua, le teníamos que dar dos veces para que parara. Lo peor es que nos querían cobrar 25€ cada día, por una habitación reformada algo que no veo justo. Ya que en la habitaciones había un cristal roto, la bañera daba susto parecía que te ibas a ir a la planta de abajo, desagües oxidado... El primer día no había hamacas, cuando cogimos estaban rotas por mirar que si te descuidas te daba un pellizco, te tenías que levantar a las 8:00 y con la toalla en mano y coger hamacas. Un día desde 10:00 que estuvimos en la piscina tres hamacas cogidas con toallas y aparecieron a las 16:00 y gente sin hamacas. Creo que es un engaño, porque el precio que pagas te crees que te entra todo y no es así, si quieres algo normal con una habitación normalita y un buen cóctel ( mojito, daikiry....) tienes que pagar. Igual ir a otro que pages un poco más el TI, pero que no tengas que estar con la cartera en la mano.

El barman Kevin prepara unos cócteles increíbles. Muy elaborados y atiende con una simpatía que no es muy usual. Pedimos un gintonic y un mojito y los preparo con todos sus ingredientes y con una simpatía genial. No me parecieron caros después de esa elaboración. Felicidades.