Después de varios años volvimos a hospedarnos en el Hotel De Petris, sobre la histórica Via Rasella. A la vuelta de la Piazza Barberini, resulta un enclave perfecto para visitar los lugares más emblemáticos de Roma a pie. Ubicado en un típico "palazzo" romano (con ascensor), es evidente el esfuerzo y atención personalizada de sus propietarios por mantenerlo libre de humedad y en excelente estado. Se trata de un clásico hotel italiano de 3*, con habitaciones amplias, sábanas y toallas cambiadas diariamente, al igual los que artículos de tocador. Absolutamente limpio y prolijo. Desayuno completo para la categoría del hotel, servido en su magnífica terraza (un plus para disfrutar). Destaco el profesionalismo y cordialidad de sus empleados, particularmente la señora Federica de Recepción y la señora que está a cargo del desayuno y limpieza, por demás eficiente y simpática. Desde las 19 hasta las 7 el ingreso al hotel se hace por un portal lateral, para el cual facilitan una tarjeta magnética.
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