Complejo Molí de l'Hereu

No recomiendo. No volveré. Mi familia y yo recibimos un trato irrespetuoso por parte de la gerencia del hotel, la famosa Carol. La gerencia nos trataba un día con extrema amabilidad y otro como si fuéramos delincuentes. Uno de los días cerró por la noche, con cerrojo, la puerta interior del hotel, impidiendo a parte de mi familia el acceso. Tuvimos que llamarla (a Carol) a las 1:30 de la madrugada y, lejos de admitir el error al haber cerrado la puerta nos trató vejatoriamente como si la culpa fuera nuestra, no admitió error suyo y con gran arrogancia nos impuso desayunar a las 9:30 “porque la habíamos despertado”. Desayuno: Comete todo el pan bimbo el primer día porque sino te lo ponen al día siguiente. A unas mesas las pone fiambre y a otras no. Dice que es bajo petición y se paga aparte, pero no es así, lo pone a quien la parece porque preguntamos a otros huéspedes. Restaurante: Cenamos la primera noche, la dijimos lo que cenaríamos 5 horas antes y tardó mas de 1 hora en servir a unos y a otros 1 hora y 45 minutos. Luego no se disculpó, nos dijo que le teníamos que haber dicho lo que Íbamos a cenar “con mas tiempo de antelación”, no bastó con 5 horas, y que no podíamos comer ni cenar más en su restaurante. Habitaciones: las limpian solo bajo demanda, no ponen gel, ponen jabón que te deja el cuerpo como una lija. No hay tv, no hay secador, lo venden con spa pero no esta operativo. Precio caro para lo que son las habitaciones. Reducidas y ruidosas, se oye todo. Carol, no tiene personal para atender adecuadamente y es una persona arrogante y nunca se disculpa aunque el error sea suyo, se lo achaca al cliente. Si no se puede atender todas las habitaciones reduce su número pero no la pagues con los huéspedes que no tienen la culpa de nada.

NO LO RECOMIENDO mientras siga CAROL al mando (la dueña) es pésima en la gestión del negocio y tiene un trato discriminatorio hacia los clientes!!! Estuvimos cinco días un grupo de 16 personas y la experiencia fue decepcionante, especialmente por la gestión. Contratamos los desayunos y pactamos previamente con la dueña que también nos daría cenas. Desde el primer día comenzaron los problemas: pedimos con antelación 10 hamburguesas, un canelón de rabo de toro, un carpaccio y 4 crêpes para no saturar la cocina. Las hamburguesas estaban recalentadas al microondas, secas e incomibles. Lo peor fue que los crêpes tardaron más de una hora en salir y se sirvieron cuando el resto ya había terminado. Al expresar nuestra queja, la dueña no solo no se disculpó, sino que reaccionó de forma prepotente, culpándonos a nosotros y negándose a ofrecernos cenas los días siguientes, a pesar de que ya lo habíamos acordado con ella. Los desayunos, que estaban incluidos y pagados, fueron igualmente lamentables: un croissant y cuatro tostadas para compartir, café y zumo. Sin fruta, sin embutido, sin opciones saladas. Al día siguiente, nos pusieron pan duro del día anterior mientras a otras mesas se les sirvió pan reciente. Cuando pedimos algo salado, nos dijeron que tenía un coste extra. Para nuestra sorpresa ese día los otros huéspedes tenían pan reciente y el trato hacia ellos era completamente diferente comparado con el que nos daba a nosotros. Los siguientes días debido a las quejas de todos iba poniendo diferentes cosas como fruta, yogures o queso en lonchas. Por si fuera poco, una noche unos compañeros regresaron a la 1:30 y se encontraron con la puerta del hotel cerrada con candado. Al despertar a la dueña, esta reaccionó de forma agresiva y como represalia nos retrasó el desayuno del día siguiente, sirviendo al resto de huéspedes a las 9:00 y dejándonos a nosotros esperando hasta las 9:30. Es una verdadera pena porque el hotel en sí está bien y la ubicación es buena, pero la actitud de la dueña arruina completamente la experiencia. Una gestión arrogante, falta total de profesionalidad y un trato inaceptable hacia los clientes. No volveremos ni lo recomendamos mientras siga en manos de esta persona. Todo iba bien hasta que se le lleva la contraria a Carol o se le dice algo que no quiere escuchar, entonces empieza su trato discriminatorio y vejatorio. LAMENTABLE

Un edificio pintoresco en un entorno natural impresionante con unos anfitriones que te hacen sentir en casa. Piscina espectacular perfecto para refrescarse después de un día de ruta y restaurante con muy buena cocina. Repetiría una y otra vez.

Hotel agradable de decoración y ambiente rústico en la afueras de Ráfales, en la zona del Matarraña. Tiene un estupendo restaurante y sus desayunos en el jardín están realmente bien. No pudimos disfrutar de la piscina por temas de limpieza o mantenimiento.

Nos alojamos en este precioso hotel durante 4 noches. Está decorado con gusto y es muy acogedor, tanto habitaciones, zonas comunes y restaurante. También es muy tranquilo. El trato por parte de los dueños fue impecable; un gusto seguir las indicaciones de Luis para conocer la zona. Nos llamó la atención que en la habitación doble no hay tele, pero para nada supuso un problema. La habitación muy cómoda, limpia y coqueta (al igual que todo el establecimiento). Desayuno estupendo, con productos de la zona. Nos quedamos una noche a cenar y casi salimos rodando. Era tipo buffet y todo estaba tan rico que era difícil negarse a probar alguno de los deliciosos platos. Cuando te confirman la reserva te mandan un email con mucha información, y merece la pena leerla. Y otro punto a tener en cuenta: no hay ascensor para subir a las habitaciones (ya avisan en dicho email). Si volvemos por la zona, seguro que repetimos alojamiento.

Fuimos al restaurante para celebrar un cumpleaños. El trato de diez y la comida también. Estaba todo buenísimo, platos contundentes y bien de precio. El entorno muy bonito y agradable. Sin duda, un lugar para repetir.