Fuimos a conocer el restaurant del Hotel Mae en familia a la hora de almuerzo. El lugar es muy bonito, cómodo y tranquilo. La carta es exquisita, variedad sin abrumar, la construcción de la carta permite elegir desde lo sutil y liviano hasta lo potente que sorprende. Lo habitual en un restaurant de playa se vuelve perfectamente elaborado. La atención muy amable, pero, no me deja de sorprender la falta de preparación de los garzones, no manejaban la carta, me refiero, a que no tenían claridad de la preparación y composicion de los platos, menos sobre el maridaje de vinos, seria interesante una persona encargada de ello, asunto no menor en un país que elabora tan maravillosos vinos. Lentitud por falta de guía, en un restaurant como este, los garzones deben qued**** en sus plazas, deben procurar no tener mesas de extremo a extremo, eso permite el descuido y olvido de lo básico, como el pan y los líquidos. Esto no significa que la atención sea desatendida, pero sin duda provoca descuido por falta de tiempo, por tanto no está a la altura de la cocina. Sin duda es una experiencia para repetir. Nos veremos en 2024 si el universo nos acompaña. Mis respetos al Chef y su equipo.
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