La ubicación del lugar es excelente, las habitaciones tienen balcón con vista al mar, el entorno es maravilloso, pacífico, rodeado de árboles, visitado por varias especies de aves y monos, ver el amanecer por el balcón es insuperable. Hay un mirador y camino a la playa, que está como a 5 minutos a pie, el hotel abarca una playa pequeñita, sin oleaje y poco concurrida, también Playa Panamá, ambas playas muy lindas. La habitación fue la #26, ubicada en el último edificio, planta alta, la cocina estaba bien equipada con electrodomésticos y utensilios nuevos, muy amplia, con bastante lugar para el equipaje, y puerta hacia el balcón con mosquitero, ventiladores y baño con tina. Un plus es que se aceptan mascotas, razón por la cual seleccionamos el lugar, también cuenta con piscina y restaurante, aunque este estaba fuera de servicio. Hay muchos lugares para ir a comer como a 5 minutos y un supermercado. El Wifi estaba bastante bien. Como puntos a mejorar, se necesita mucho mantenimiento, la caja fuerte no servía, tampoco el aire acondicionado, al baño le faltaba una puerta, la que tenía estaba muy trabada y un poco sucia, la tina no desaguaba bien, el sofá estaba sucio y en mal estado, las sillas con el tapiz muy desgastado y sucio, la puerta del balcón no podía cerrarse, afortunadamente estábamos en un segundo piso. Generalmente se cuenta con al menos gel de ducha y shampoo, pero solamente había jabón de manos. Hay espacio para parquear, pero se debería ampliar un poquito, ya que la gente se parquea a la orilla del camino y casi no deja espacio para pasar. Pese a estos aspectos a mejorar, no dudaríamos en volver, el entorno es hermoso y pacífico, así que vale la pena, la pasamos super bien.
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