Lo único bueno que tiene este alojamiento es la ubicación en el barrio Los Laureles y cerca del estación de metro "Estadio" que comunica rápidamente con el centro y otros puntos. Por lo demás, habitación muy pequeña que apenas caben las maletas, limpieza media, no tiene ni gel de baño ni champú si lo quieres lo tienes que comprar, te ponen unas pastillas minúsculas y malas de jabón. Servicio de habitación lo tienes que mandar a pedir. Mucho ruido con el aire acondicionado. Personal desagradables por parte de un señor y el desayuno básico. No me gustó nada.
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