傑裡扎納宮殿民宿

Tucked away down a side street, within easy walking distance of central Jerez, staying here was like travelling back in time to mid 1800s Spain. The antithesis of a bland, corporate, modern, minimalist hotel: think eccentricity, stuffed bulls' heads, sherry barrels, beams, lots of objects of interest, and a warm family welcome. The family make their own sherry, which tasted delicious, and I think are involved in other tourist-related activities. We were offered a home-cooked paella-centred Spanish feast of many courses, with sherry/wine for €75 per head, which I'm sure would have been an evening to remember. Lovely freshly squeezed orange juice at breakfast. We also enjoyed sitting out on the terrace just outside our room.

Hotel familiar de 5 habitaciones que realmente parecía más bien una pensión. Con una decoración bien cuidada que mantiene su esencia, quizás algo lúgubre y oscura para mi gusto aunque parecía un museo. Viajé con mi madre ya mayor y con una minusvalía pensando como me dijo la dueña que estaba céntrico, pero no fué así, era muy incómodo para acceder a la zona centro, metido en una fea calle muy estrecha, sin apenas acera. Hotel difícil de encontrar . La cama realmente cómoda, muy buen colchón. Poca luz en el baño, ningún espejo en la habitación. El desayuno muy escaso y pobre. No hay una recepción con personal, excepto el día de llegada y salida, no vimos a nadie en el hotel. La dueña y su hija son muy hospitalarias y agradables en el trato. Lo que menos me gustó es que sin previo aviso me hicieron pagar en metálico, supuestamente el datáfono estaba estropeado. Me decepcionó el hotel, me dejé llevar por la crítica y opiniones con las que no suelo fallar pero esta no fué la mejor decisión.