Naay Boutique Hotel Holbox

Una pena que un hotel tan bonito ofrezca un servicio pésimo. Inhumano, diría. Tal vez, por eso está prácticamente vacío. Mi marido enfermó de gravedad (deshidratación y gastrenteritis) durante la estancia y no se prestaron a NADA. Bueno sí: nos alargaron media hora el check out. El resto del tiempo lo ofrecieron a 35 dólares por hora, un abuso, pero es lo que hay. Teniendo en cuenta que el taxi era a las 16h, teníamos por ddelante cuatro horas de espera sin aire acondicionado por las estancias exteriores. También ofrecieron el baño público, si necesitaba vomitar y el sofá de rececpción, sin aire acondicionado a 39 grados por la humedad, pero con ventilador, para esperar. Todo muy humano, como decía. Aparte, pedimos cena y comida de dieta (pollo con arroz) que no probó y que pagamos, como corresponde. Solo que hubiera estado bien el detalle de ofrecerse a no cobrarlo en lugar de pedir si se añadía a la factura el 10 el 15% de propina. Además, la comida que llegó a la habitación estaba dispersa en la bandeja. No me quejé de esto último, total tampoco la probó. Pagué y ya. Eso sí ni vuelvo, ni lo recomiendo.

El hotel es muy bonito y el staff es amable, así como los meseros en el restaurant y la comida estaba rica, sin embargo, le falta mucha capacitación a las personas en recepción, son amables pero para que resolvieran algo se les tenía que pedir muchas veces, no se si haya un gerente pero nunca lo vimos, desde la primera noche informamos que el aire acondicionado no servía, lo repetimos varias veces y dijeron que iba a ir mantenimiento a arreglarlo, regresamos de cenar y seguía sin servir, nos dijeron de recepción que ya lo habían revisado pero seguía igual, tuvimos que dormir en el calor, al día siguiente tuvimos que insistir varias veces a lo largo del día hasta que nos dijeron que no tenía gas el aire lo cual suponemos sabían desde la primera noche y nos hicieron dormir con calor, después de insitir nos cambiaron de habitación, yo olvidé mi estuche de lentes de contacto en la habitación anterior lo cual avisé al momento pero no podían acceder a la habitación porque estaba fallando la puerta (para no hacer el cuento más largo nunca los recuperé a pesar de insistir un sin fin de ocasiones), cuando nos hicieron el cambio de habitación no nos entregaron las llaves porque no servía la máquina (nos las entregaron hasta la siguiente noche, más de 24 horas después por lo que cada que queríamos entrar a la habitación teníamos que ir a recepción a que nos abrieran). Asimismo, no hicieron limpieza en la habitación el último día y llegó la ama de llaves a las 7 pm a ofrecer limpieza, la cual rechazamos ya que era nuestra última noche y a esa hora ya queríamos descansar. El hotel es el último de la isla por lo cual es muy lejos el trayecto en taxi (15-20 minutos) y te cobran 300-400 pesos y el staff se va a las 11pm por lo que si tienes un problema en la noche no hay quien lo resuelva (como no teníamos llave optamos por no salir en la noche ya que no tendríamos como ingresar a nuestra habitación). El beach club es inexistente, está cerrado y no llegan los meseros a esa zona aparte de que son muy pocos meseros para todo el hotel, por lo cual no deberían promocionarlo como parte de sus instalaciones, tuvimos que movernos a otros beach clubs durante el día. Había leido reseñas negativas pero decidimos darle la oportunidad, la estancia no fue totalmente mala ya que la habitación y el área de alberca estaba agradable, no obstante, no me volvería a quedar en este hotel, recomendaría un hotel más céntrico y con mejor manejo, el hotel tiene mucho potencial debido a sus instalaciones, pero les falta mucho en la administración, además de que había MUCHÍSIMAS moscas en el área del restaurante.