Una vez más, Red Level ha superado nuestras expectativas. La experiencia ha sido sencillamente excelente, y el trato recibido, exquisito en todos los sentidos. Desde el primer momento, uno se siente acogido como en casa, gracias a un equipo humano que no solo destaca por su profesionalidad, sino por su calidez. En Red Level, Vero es, como siempre, la gran anfitriona: cercana, atenta y encantadora. Jose, con su particular carisma y dedicación, hace que el bienestar del cliente sea una prioridad palpable. Ray, Moha y su sonrisa incansable contagian alegría, mientras que Clara, Elisa y Edu (quien nos preparó el mejor steak tartar que hemos probado) elevan la experiencia gastronómica a otro nivel. Lorenzo destaca por su trato impecable y Pablo, con su simpatía, convierte cada momento en la piscina en una experiencia única. En la zona de Palacio, el estándar no baja: se nota que todo el equipo trabaja con un mismo propósito — hacer que quienes venimos a desconectar del día a día, lo logremos por completo. En Guest Experience, Varinia y Marta se aseguran de que todo fluya a la perfección y de que cada estancia sea tan gratificante como inolvidable. Nuestro primer almuerzo en Oasis fue memorable, no solo por la calidad de la comida, sino por el cariño y profesionalidad de Aurelia y Fernando. Siempre es un placer volver a coincidir con ellos. En Agave, Erika, Roberta y Nati no solo te hacen olvidar el calor con su simpatía, sino también con unos cócteles que rozan la perfección. Y en Nami, Rober y Guaci cuidan cada detalle para que la experiencia del Asian Bistro sea auténtica y especial. Podría seguir nombrando a cada uno de los profesionales que hacen de este hotel un lugar único, una mezcla perfecta entre lujo, atención personalizada y tranquilidad. Vacaciones como estas son de las que uno no quiere despedirse nunca. Palacio de Isora siempre será nuestro refugio, ese hogar al que volver con cariño, por sus rincones llenos de encanto, su calma envolvente y esos momentos de música y acción que lo hacen tan especial. Recomendamos este hotel una y mil veces, no solo por su belleza, sino por el alma de todas las personas que lo hacen posible.
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