Es un lugar de lo más familiar. La atencón es de un nivel de educación que muchos hoteles de ”lujo” (por así decirlo) deberían intentar imitar. Nunca he recibido una habitación más limpia que en este hotel. Era llegar a la tarde noche después de un día de turismo, y daba placer entrar. Se nota el cariño al trabajo en cada detalle que tuvieron con nosotros. La buena comida y la atención en el restaurante (como les manifesté a los dueños y al equipo de cocina) son ”culpables” de unos cuantos kilos de más ;) . Sin ninguna duda volveríamos a hospedarnos. Las estrellas reales no vienen con una botella de champagne, sino con un equipo de personas que, sea la hora que sea, siempre te atiende con una sonrisa. Un verdadero gusto haber estado allí.
不錯
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