碼頭飯店

Hotel manager is really rude. Didn’t even let me have my breakfast first before complaining about smoking in the room without even knowing we couldn’t smoke. Very expensive and is not big deal. I ended up paying 100 euros extra in fines.

Eccellente

Hotel boutique súper agradable. El secreto “familiar” En esta ocasión he comido en el restaurante,un menú de 30 euros muy conseguido. Una ensalada mixta con ventresca. Una lubina de racion a la plancha. Y un postre Vino de la casa Marqués de Vitoria Todo estaba en su lugar El servicio perfecto. Totalmente recomendable

El servicio de bar pésimo: la atención del personal deja mucho que desear, y más teniendo en cuenta la categoría del hotel. Conocemos bien el hotel porque vivimos cerca y alojamos a clientes que vienen del extranjero pero buscaremos otro lugar, ya que no es la primera vez que recibimos una atención mediocre en el bar

Hoy he disfrutado en compañía de mi mujer el menú degustación que le tocó en un sorteo del restaurante Embarcadero. De diez! Tanto la calidad del menú como la atención , ubicación de la mesa y amabilidad del servicio.En este caso nos atendieron Xabi e Isma( profesionales de primera). Sin duda es una apuesta segura y seguiremos celebrando como hasta ahora acontecimientos importantes de nuestra vida. Muchas gracias al equipo del embarcadero y a la directora Bárbara por obsequiarnos con este regalazo !! Hasta pronto

Falta de empatía, flexibilidad y trato rígido. Únicamente les importa hacer dinero a costa de cualquier cosa. Después de un malentendido con mi reserva, el hotel se mostró completamente inflexible, a pesar de que la situación podría haberse resuelto con algo de comprensión y flexibilidad. Lo más sorprendente fue la falta de comunicación proactiva por su parte. No recibí ni un simple intento de contacto para confirmar si me presentaría, lo cual podría haber evitado esta situación. Lamentablemente, la respuesta del subdirector, Xavier Caballero, fue totalmente desconsiderada y careció de cualquier muestra de empatía. En lugar de tratar de entender ambas posiciones y buscar una solución razonable, se limitó a culpar al cliente sin mostrar ningún interés en encontrar una alternativa.En mi opinión, este tipo de actitud refleja una grave falta de tacto y profesionalismo, características esenciales en un sector como el hotelero. Es una pena que, en lugar de valorar a los clientes y su lealtad, se priorice exclusivamente el aspecto económico sin consideración alguna. La falta de flexibilidad y empatía en una situación tan sencilla ha dejado mucho que desear. Espero que, al menos, esta experiencia les sirva para reflexionar y mejorar en el trato hacia los huéspedes.