Lo mejor es el edificio que es precioso, restaurado al detalle, buena idea de los lujos que vivían y viven las familias del lugar. Las habitaciones lindas, el servicio al cliente debe mejorar y mucho! No son agradables, son autoritarios, mal educados, el trato es el justo para dar info del lugar. Pedimos agua nunca la recibimos, lavamos ropa volvió mal lavada, el desayuno muy básico para el lugar, rústico aún en su presentación. Por supuesto todo valorando el precio que se paga por el alojamiento, por eso las exigencias.
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