Es un bello oasis. Es un lugar que le hace honor a los comentarios. Esta a 12 minutos a pie de la Ciudadela Portuguesa. Es un hotel boutique con un patio y fuente central y una terraza con buenas vistas y lleno de espacios que hacen agradable la estancia. La atención en el lobby fue expedita y correcta. La habitación es espaciosa, comoda, bien ventilada e iluminada y con vistas al patio interior. La cama confortable. La atención del personal muy bueno. La primera noche nos quejamos del frío y el personal trajo inmediatamente un calentador que aunque no funcionó fue diligente en tratar de solucionar. El siguiente día vino otra persona que trajo el adecuado y puso a funcionar el de la habitación. La actitud en estos casos fue la correcta. Esa disposición a ayudar, a resolver, es lo que en algunos lugares falta, y en otros como aquí es importante hacer notar. El desayuno estuvo bien. En fin, es un buen lugar donde hospedarse.
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