Una pena de hostal que nos cobró 135 euros por dos días. Diminuta habitaciones con una cama micro que es un eufemismo para llamarla así. Colchón y almohada ridículos y viejos, sábanas absurdas y antihigiénicas, baño casi imposible de usar, higiene totalmente ausente, indiferencia total del propietario y del personal en el bar de abajo. Una vergüenza de precio para la calidad de un hostal que debería cerrarse ya que desprestigia la hermosa costa y todo el turismo gaditano. Uno se pregunta cómo las autoridades competentes dejan abierto un lugar así porque faltando de todo, uno no debe sorprenderse de un Covid 19 que no se ha retirado y sigue propagándose precisamente por la existencia de hostales aberrantes como La Campa. ¡Para evitar absolutamente en todo y para todos, pero sobre todo para estar cerrado!
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