El hotel estaba muy bien, nuestra habitación era bastante grande y la comida muy buena. El personal del hotel amable y profesional. La cuidad nos encantó, pero tuvimos mucha mala suerte con el tiempo, pero son cosas que pasan sobre todo viajando en esta época del año - invierno- , así que sin duda, volveremos porque nos quedamos con ganas de disfrutar más de la ciudad, de subir al Table Mountain, hacer un paseo en barco para ver ballenas, recorrer zonas de la costa e ir a un viñedo. Aunque el día que nos hizo bueno, tuvimos la oportunidad de ir en coche a Boulders a ver a los pingüinos y al Cabo de Buena Esperanza que nos encantó. Todo precioso y muy salvaje. Nos gustó mucho.
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