El hotel en sí me causó una muy grata impresión. Lo recomiendo. Está en primera línea de playa, se está actualizando y mi habitación estaba muy bien, con las instalaciones nuevas (por opiniones anteriores parece que queda alguna habitación sin renovar). Tiene zona para aparcar propia, aunque su capacidad es limitada. Pero parece que no hay problema para dejar el coche cerca. El desayuno bufet un poco justo, pero en un comedor muy agradable con vistas al mar. Pero me hicieron una faena. Y esa es la razón de mi baja puntuación. Me llamaron por la mañana para cambiarme a otro hotel, al Añoreta Resort, con la vaga excusa de que no tendrían la habitación preparada cuando llegara. No conocía la zona y como voy por trabajo, me daba un poco igual, pero siempre que más o menos tuviera las mismas características, y además me ofrecieron cena gratuita si bajaba al Fay. Pero cuando llegué, no había ni recepción. Es un campo de golf que al parecer tiene habitaciones. Y muy alejado, sin posibilidad de acercarme andando al pueblo y pegado a la autovía. Me negué a quedarme y por suerte me pudieron realojar en el Fay, pero perdí un buen tiempo de descanso. Creo que es una situación impropia de un buen hotel, más cuando incluso ya me habían cobrado la habitación. Nunca había vivido una situación similar y sin duda no me volverá a pasar, ya que de primeras ya me negaría, sin duda.
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