Independientemente del alojamiento (normal, nada positivo a destacar), se produjo un conflicto injustificable con la recepción que fuimos incapaces de manejar dialogando y nos obligó a llamar a las fuerzas del orden. La recepcionista no quería admitir la reserva que habíamos hecho (y habían cobrado) sin explicar el motivo, que tenía que tener algo que ver con la edad o la nacionalidad de la persona que reservó, puesto que todo era correcto. Ante la actitud agresiva de esta recepcionista, sin conseguir que nos explicase el motivo y sin que nos facilitase tampoco el libro de reclamaciones, decidimos llamar a los Mossos d'Esquadra, que confirmaron que todo era correcto, que tenían que aceptar la reserva e incluso nos animaron a poner una denuncia. Aún no hemos decidido si lo haremos, porque eso no nos ahorrará el momento desagradable que vivimos. Por este motivo, para ahorraros que vuestra estancia de Barcelona se inicie con mal sabor de boca, os recomendamos escoger otro alojamiento :-)
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