Durante mi estancia en Arzúa, me alojé en un albergue que, aunque estaba bastante masificado, dejó una impresión positiva en general. A pesar del elevado número de peregrinos que se alojaban allí, el albergue logró mantener un alto estándar de limpieza y cuidado en todas sus instalaciones. Uno de los aspectos más destacados fue la limpieza. Las habitaciones y las áreas comunes estaban impecables, lo cual es especialmente apreciado en un lugar con tanto tránsito de personas. Las zonas comunes, como la cocina y las áreas de descanso, estaban muy bien cuidadas, ofreciendo un espacio agradable y cómodo para relajarse después de una jornada de caminata. Además, el albergue proporcionaba sábanas de desecho, lo que añadía un plus de higiene y comodidad a la estancia. Esta atención a los detalles, junto con la limpieza constante, hacía que el ambiente fuera mucho más agradable y acogedor, a pesar de la gran cantidad de huéspedes. En resumen, este albergue en Arzúa es una excelente opción para los peregrinos que buscan un lugar limpio y bien cuidado, incluso en tiempos de alta ocupación. A pesar de la masificación, la calidad del servicio y el mantenimiento de las instalaciones aseguran una experiencia positiva. ¡Un sitio bastante bueno para descansar y continuar el Camino!
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