Está un poco alejado del centro. Pero gracias a eso, todas las habitaciones tienen unas vistas espectaculares.
La piscina es pequeña y cerrada. Se agradece el chapuzón después de un día por los arrozales.
Lo peor es que nos cobraban por el checkin temprano la mitad de lo que nos costaba la habitación. Cuando en la mayoría de los sitios te dejan la habitación antes por cortesía (estando libre, claro).
El desayuno buenísimo!